Como sabréis, las páginas web son el punto de encuentro de las empresas con sus clientes en el entorno digital. La experiencia de navegación del usuario dentro de la web determinará en gran medida el éxito o fracaso en la conversión, en otras palabras, cuanto más sencillo resulte para el usuario navegar por la web más probable será que compre alguno de nuestros productos.
La experiencia del usuario (UX) es, cada vez más, uno de los atributos más valorados a la hora de posicionar la web en buscadores y de los más determinantes para favorecer las conversiones. Por tanto, lo más interesante para nosotros será mejorar la experiencia del usuario lo más posible. ¿Cómo podemos hacer esto?
- Las primeras impresiones son esenciales. Es fundamental cautivar a los usuarios. Aquel usuario que no tenga una buena primera impresión de tu página web probablemente no volverá a visitarla. Para ello, asegúrate de que tu web no tarda mucho en cargar (no más de 5 segundos), a nadie le gusta perder el tiempo.
- Sé claro con tu política de precios. Se transparente con los precios de tus productos, indicando si el IVA está incluido o no, y lo mismo con los gastos de envío. De lo contrario, los usuarios abandonarán el proceso de compra cuando llegue el momento de pagar y descubran que el precio no es exactamente el que pensaban.
- Elimina las distracciones. Elabora un modo sencillo de navegación en tu web y haz que los usuarios se centren en lo que realmente están buscando, de ese modo será más fácil que el proceso de compra tenga un final feliz, tanto para ellos como para nosotros. Prescinde de diseños demasiado llamativos.
- La importancia de los espacios en blanco. ¿Cuántas veces has aterrizado en una web en la que era imposible navegar debido a la gran cantidad de información desordenada e inmediatamente has salido de ella? No agobies a tus visitantes, dales espacio y con ello conseguirás dirigir su atención a tus productos con mayor facilidad.
- El uso de tarjetas en el diseño de tu web. Se trata de un nuevo modelo de diseño web que se ha impuesto gracias a su simplicidad y la facilidad con que los usuarios pueden navegar en él. Un ejemplo claro de este tipo de navegación es Pinterest.
- Apóyate en contenido audiovisual. Asegúrate de que todos tus productos cuentan con imágenes en su descripción. Cuanto más detalladas sean dichas imágenes más fácil será convencer al usuario para ejecutar la compra. De igual manera ocurre con los vídeos. Enseña a tus usuarios cómo funcionan tus productos y estarán un paso más cerca de decidirse a comprarlos.
- Crea buenas microinteracciones con tus usuarios. Las microinteracciones son las diferentes formas en que nuestra web responde de manera inesperada y agradando al usuario en función de su comportamiento dentro de ella. Un ejemplo muy claro de una empresa que cuida muy bien las microinteracciones con los usuarios es Apple, lo que le ha llevado a contar con un amplio grupo de compradores muy fieles que perciben esa diferenciación respecto al resto de productos de la competencia.
- Aprovéchate del scroll. Recientemente se han impuesto diseños web que se basan en el scroll para ofrecer contenidos, es decir, un sistema de navegación sencillo donde el usuario sólo tiene que desplazarse hacia arriba y hacia abajo. Con ello evitaremos que se abran nuevas ventanas y que nuestros usuarios tengan que esperar a que toda la información se cargue. Recuerda que su tiempo es valioso y no están dispuestos a perderlo.
Revisa tu página web y asegúrate de que cumpla los parámetros anteriores para garantizar una buena experiencia del usuario. Quizás los motivos de que tus ventas no despeguen sean que tu página tarda mucho en cargar, que los usuarios no pueden encontrar con facilidad lo que están buscando o que el diseño de tu web es demasiado llamativo y dificulta la navegación. Trata de realizar los ajustes necesarios y estarás un paso más cerca de crear una experiencia de interacción limpia, rápida y sencilla con tus usuarios.