Desde que nuestro amigo Mark empezara a realizar cambios en las páginas de empresa de Facebook en diciembre de 2013 ha tocado renovarse o morir.
Sería absurdo pensar que la presencia de nuestro marca en una de las RRSS más importantes del mundo no cuenta para nada, porque son muchas las bondades que nos proporciona Facebook (construir una comunidad de fans, dar visibilidad a nuestras ofertas, crear sorteos que mejoren nuestra reputación…)
Sin embargo, lo que sí está claro es que toca adaptarse, porque los cambios en la página están provocando un serio problema sobre todo para las pequeñas marcas: el alcance orgánico. Desde que las reformas se pusieran en marcha el alcance de nuestras publicaciones se ha visto reducido drásticamente.
Aquí van una serie de consejos para que no cunda el pánico y superemos la crisis:
– Diversificar la estrategia Social Media y tener presencia en distintas redes como Twitter, Instagram o Pinterest. Pero es importante aprender el lenguaje de cada una de ellas, distinto del de Facebook, donde puede cobrar más importancia el ingenio o los elementos gráficos.
– Contar con destinar parte de nuestro presupuesto a Facebook Ads, para poder promocionar los post que consideremos de relevancia
– Encontrar el equilibrio entre generar contenido de calidad y no emplear un exceso de tiempo en ello. Es frustrante haber diseñado una infografía muy completa y llamativa o haber redactado un texto rico y divertido para que luego solo impesione en 5% de nuestro público. Para evitar gastar mucho tiempo trabajando en algo que no se va a ver, ten a mano plantillas con un diseño del que estes orgulloso que puedas rellenar variando pocos elementos aparte del contenido; o aprovecha un momento de inspiración para escribir varios borradores que puedas utilizar distintos días.
– Monitorizar mediante las herramientas internas y otras externas: estamos casi “obligados” a utilizar Facebook Insights como herramienta principal para analizar el alcance de nuestras publicaciones, pero no es intachable, por lo que conviene alternar con otras (que igualmente no son definitivas). Nobody is perfect.
En conclusión, se requiere trabajo e innovación para no perder la relación con esta red social que tantas alegrías nos ha dado. Después de todo, es nuestro niño mimado, para que negarlo.