Las marcas en estos últimos años han instaurado un nuevo modelo de promoción en redes sociales a través de los conocidos como «influencers». Aunque mucha de ellas, en ocasiones se han arrepentido, ya que estos famosos de internet se ven involucrados en algún que otro escándalo.
Los influencers virtuales
Estos últimos años ha llegado a nosotros un nuevo tipo de influencers, quizás aún no los conoces, pero la influencer virtual Lil Miquela ya posee 2.5 millones de seguidores en Instagram, para que os hagáis una idea, casi alcanza los seguidores del actor Antonio Banderas.
Los inversores ven este nuevo modelo de influencer como un nuevo tipo de contenido para sus redes sociales, siendo firmas como Adidas o Prada pioneras en el uso de esos personajes virtuales.
Estos personajes virtuales son una oportunidad para explorar las posibilidades de la inteligencia artificial y cómo generar un nuevo tipo de contenido en las redes sociales. Un contenido que Rojas denomina «realidad sintética».
La generación de personajes virtuales para conectar con la audiencia no es una idea nueva. En el campo de los dibujos animados encontramos muchos ejemplos, desde el personaje de Gorillaz hasta la película de Space Jam, donde se combinan avatares virtuales con personajes reales.
Las marcas se sienten más tranquilas con estos influencers:
A veces los embajadores de las marcas, en los que estas se dejan cifras insumables de dinero, no se comportan de manera adecuada con la firma. En un sector donde se mueven millones de euros, algunas celebrities se dejan llevar por caprichos o influencias que acaban repercutiendo negativamente en las marcas que han decidido colaborar con ellos.
Los influencers virtuales es diferente. Las marca en este caso no trabaja con una única persona, si no que tiene detrás a un equipo de producción que adapta con precisión la imagen del avatar a la imagen que la marca quiere transmitir.
Como punto negativo de estos nuevos influencers está la autenticidad de la persona, que para las marcas también es un valor muy preciado. Por ello es un riesgo apostar por este tipo de publicidad y no son muchas las empresas que lo hacen. El miedo a no dar una imagen real es el principal factor por el que este tipo de contenido avanza poco a poco.
En definitiva, es un riesgo que no todas las marcas se atreven a correr, pero viene pisando fuerte y seguro que pronto comienzas a verlos en las redes de tus marcas favoritas.
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